Ya puedes tener un producto espectacular que esto no es suficiente para que alguien te lo compre. Al revés es más factible. Se venden algunos productos penosos.
¿Cual es la diferencia entonces? La marca. La marca como generadora de confianza y transmisora de los valores intangibles que hacen que alguien termine comprando. Sin confianza no hay venta.
Puedes estar presentando tu fantástico producto a una empresa o consumidor, que él estará pensando “no te conozco de nada, ¿por qué te voy a comprar?”. Y tú reaccionas igual como consumidor. ¿No crees?
Si eres una pequeña empresa, o de reciente creación, es posible que me digas: “Ya, pero yo no dispongo de los recursos como para crear marca, todo lo que hago se orienta a conseguir ventas directamente”. Esto es un error. Disponemos de numerosos mecanismos para generar marca=confianza=ventas. Y la buena noticia es que algunos basados en tecnologías e Internet son muy asequibles.
Si no dispones de una marca desarrollada, además de trabajar permanentemente para desarrollarla, puedes, por ejemplo, “heredar” marca de otras, buscando prescriptores y socios adecuados. En estos posts anteriores doy algunas sugerencias: “Planificar novedades, necesario pero hay que comunicarlas” o “Ofrecer algo útil y crear vínculos emocionales con los clientes”
Claro que tampoco puedo dejar de vender, la marca tampoco vende sola. ¿Cómo trabajas tú tu marca?