Con la fiebre del emprendimiento no dejan de aparecer servicios para dar soporte a empresas que se encuentran en sus inicios o startups. Han aparecido numerosas aceleradoras, incubadoras, etc. a la vez que comienzan a aparecer un mayor número de entidades de financiación, de capital semilla, o personas, los business angels, que se dedican identificar proyectos con buenas perspectivas de desarrollo y rentabilidad. Asimismo proliferan los concursos y eventos entorno al emprendimiento. Todo este movimiento me parece en general muy positivo, pero no deja de tener sus riesgos para aquellos que tienen en mente crear una empresa.
Que una empresa que empieza tiene unas circunstancias y características distintas de una empresa ya en marcha es obvio. Que sean de aplicación herramientas específicas de análisis y planificación, pienso que puede ser más dudoso. Es verdad que el uso de las mismas, como por ejemplo el lean canvas, puede ayudarnos a arrancar con las ideas más claras. Yo analizo estas herramientas y la verdad es que no veo nada esencialmente distinto a lo que aprendí en el Executive MBA que cursé hace algunos años y las conclusiones he ido sacando con la experiencia. Una herramienta clásica que sigue teniendo sentido es el DAFO, con sus estrategias de conclusión, que frecuentemente faltan (quizás tema para otro post), pero da la impresión que las nuevas nomenclaturas de moda la han relegado. Tampoco es cuestión de ir haciendo DAFOs para todo; tienen su utilidad y momento.
Intentar dar con la tecla y echarse a dormir
De todas las propuestas que veo sobre el modo de gestionar una startup en la búsqueda del éxito, lo que más me sorprende es la validación express de los modelos de negocio. Te montas una prueba con cuatro cachivaches mal conjuntados, y si no funciona es que la idea es mala. Así el proceso es ir probando igual que hacían los alquimistas en la búsqueda de la piedra filosofal a ver si hay suerte y suena la flauta. Con un poco de suerte se da con la fórmula de la pólvora y conseguimos crear una empresa explosiva. De este modo se incentiva a los emprendedores a comenzar su empresa cual malos estudiantes que van probando de carrera en carrera a ver cual sacan con mayor facilidad.
No dejo de sorprenderme de la cantidad de veces que oigo: "a ver si conseguimos dar con la tecla", "aún no hemos dado con la tecla adecuada" y lindezas por el estilo. Dar con la tecla suele utilizarse como sinónimo de conseguir el éxito rápido y con poco esfuerzo.
Yo hasta ahora no he visto éxito sin un enorme esfuerzo. He estado involucrado en proyectos de gran éxito, que sin embargo pasaron sus malos momentos y su travesía por el desierto. El éxito siempre llega a base de pelearse dejándose la piel día a día, de superar obstáculo tras obstáculo. Para ser capaz de recorrer este camino hace falta mucha convicción, tener una gran fe en tu idea, ser capaz de focalizar los esfuerzos. Y además tener la financiación adecuada.
La idea mundial
Nos quieren vender que hace falta tener ideas de productos diferentes, desarrollar el servicio rompedor que dejará a todo el mundo con la boca abierta, ser original para caerse de espaldas. Los compradores vendrá corriendo a nuestros brazos. Lo cierto es que esto no es necesario. Lo que sí es necesario son la innovación y la creatividad. Con estos dos aliados se puede entrar en cualquier mercado. La experiencia demuestra que hasta en cualquier mercado por maduro que sea se puede entrar y revolucionarlo. ¿Donde están las innovaciones tecnológicas de Apple? Todo lo que presenta ya hace 10 años por lo menos que existe. La diferencia puede estar en el marketing, en los costes, en la manera de abordar al cliente, etc.
Una idea mediocre puede triunfar con una ejecución excelente, pero hasta las mejores ideas naufragan con ejecuciones descuidadas.
El trébol de cuatro hojas
Aquí te dejo el trébol de cuatro hojas que debes buscar:
1.- Foco. Identifica en qué te quieres diferenciar y apuesta a tope, aunque sea en contra del mercado.
2.- Curro. Prepárate a currar sin fin. Hasta las mejores ideas necesitan de una buena ejecución y mucha intensidad.
3.- Marketing y generación de marca. Por muy cool que sea tu idea si no trabajas la marca y el marketing no generarás la confianza necesaria.
4.- Acción comercial. Intensa y continua. ¿O piensas que los clientes te van a venir del cielo?
Si se analizan los proyectos que fracasan, se verá casi siempre que no encontraron su trébol de cuatro hojas.
¿Piensas que la tecla adecuada hace que no sea necesario el trébol de cuatro hojas? ¿ Cuál es tu experiencia?
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