Hay lecciones sencillas, pero con mucho trasfondo, que sirven para muchas cosas y para siempre. Una de ellas la aprendí de mi profesor de diseño: evita lo obvio y utiliza la inteligencia para transmitir mensajes. A la hora de transmitir mensajes a nuestros clientes por medio de la publicidad, lo obvio frecuentemente no es la mejor opción. Los mensajes conceptuales que conectan directamente con las experiencias vitales de nuestros clientes pueden calar mucho más hondo. Es más eficaz dirigirse a los sentimientos, a las emociones, que a la razón; ya sabemos que las emociones son las que inclinan la balanza en el proceso de toma de decisión. Esto no quiere decir que los argumentos más racionales no tengan validez. Son necesarios y los debemos construir con cuidado. Simplemente debemos saber que son otros aspectos los que tienen mayor poder en nuestras decisiones.
La eficacia del refuerzo mensaje - imagen
La búsqueda de mensajes eficaces para conectar con nuestros clientes tienen a los mejores aliados en las imágenes. Los contenidos que incluyen mensajes visuales refuerzan la eficacia de nuestros conceptos publicitarios. Nos resulta mucho más sencillo recordar imágenes que textos; nos ayudan a evocar experiencias pasadas. Las imágenes activan nuestras neuronas espejo poniéndonos en la misma situación que vemos en ellas y nos permiten interpretar el contexto en el que se nos envían los mensajes de modo mucho más eficaz. Este mecanismo es es utilizado por algunas técnicas de cierre aplicadas en las ventas, como pueden ser las preguntas de cierre. Si le hacemos al cliente preguntas que le ponen en el contexto de utilizar nuestro producto, y conseguimos que se imagine utilizándolo, respondiendo a estas preguntas, estaremos dando firmes pasos hacia el cierre. La publicidad nos puede poner en situación de consumir o utilizar los productos que promociona, nos generan las sensaciones que deseamos tener y consigue que las identifiquemos entonces con la marca correspondiente.
La lengua española nos permite jugar mucho con lo conceptual. Existen numerosos términos con los que jugar a la ambigüedad, y otros con una gran riqueza de matices. Esto además de una ventaja puede ser un arma de doble filo. Hay que analizar con mucho cuidado los mensajes y los contextos para confirmar que estamos transmitiendo lo que queremos y provocamos las sensaciones adecuadas en nuestros clientes.
Una de las tareas que más me divierten es la construcción de mensajes no obvios, conceptuales, y la búsqueda de imágenes asociadas que refuercen los mismos para conectar con los potenciales clientes. Busco las sensaciones que se le quieren provocar al cliente y cómo se pueden reflejar en mensajes y imágenes relacionadas, en vez de centrarme en el producto en sí. Además me gusta la sencillez. Aquí os dejo algunos ejemplos:
¿Cómo trabajas tú para crear publicidades que conecten con tus clientes? ¿Prefieres lo directo o lo conceptual?
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